CONSERVACIÓN: Recursos renovables - 1ª parte

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Conservación

RECURSOS NATURALES

Recursos renovables - 1ª parte


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os recursos renovables más claramente reconocidos son los que constan, o están producidos por seres vivos animales y vegetales. Las cosechas agrícolas, forraje para animales, cosechas del bosque, animales salvajes y domésticos, pueden mantener una reproducción continua y regenerar las poblaciones tanto como las condiciones medioambientales le sean favorables, y la fuente de semillas o abastecimiento de las crías se mantenga. Además, se pueden segar todas las mieses sin disminuir su suministro, con tal de que lo segado no exceda la producción o tasa de crecimiento.

Si se hiciera así, se vaciarían los recursos; y, si la cadencia de siega continuase excediendo la cadencia de reemplazo, el recurso dejaría de ser renovable, y la especie quedaría reducida al punto de extinción. Un recurso renovable en esas condiciones se dice que está "minado", esto es, se le imprime una cadencia que no permite renovación.

Ciclo cronológico y cadencia de renovación de un recurso renovable

Se pone en peligro la renovación de un recurso, si el ambiente requerido para ese recurso se permite deteriorar o desaparecer. Una oveja en un pasto de montaña es un recurso renovable, tanto más allá como lo permita la producción del pasto que nutre a la oveja. Si el pasto es degradado, la vegetación destruida y la tierra erosionada, la oveja deja de ser en esa situación un recurso renovable.

La renovación de un recurso vivo varía con la especie y el área en que se desenvuelve. Así, un gran variedad de plantas cultivables extensivamente, pueden crecer cada año hasta la madurez y ser recolectadas; son renovables anualmente y se pueden segar a una cadencia alta. Muchos árboles y plantas perennes tienen sin embargo una lenta cadencia de renovación, aunque ésta depende también del fin que se le vaya a dar. Si los arbolillos son muy demandados, se puede cortar anualmente a la vez que se mantiene el suministro de semillas protegidas.

Secoya gigante del Parque Nacional de las Secoyas
Secoya gigante del Parque Nacional de las Secoyas, California, Estados Unidos. Este árbol mide 84 m. de altura y 11 m. de base.

De cualquier modo, el ciclo cronológico para determinados árboles depende del tiempo requerido para crecer, madurar y producir semillas que permitan asegurar una nueva cosecha. Determinadas especies de coníferas pueden alcanzar un tamaño adecuado, producir madera útil y otros derivados de la misma en menos de 30 años. Otras, sin embargo, deseadas por la alta calidad de sus maderas, se pueden talar tras ciclos de 100 años.

Las secoyas de lento crecimiento, por ejemplo, se pueden considerar recursos no renovables, pues alcanzan su madurez entre 500 y varios miles de años, mucho más allá de los límites en los cuales el ser humano realiza proyectos vitales. Su utilización implica apurar el ciclo y talar árboles más jóvenes, lo cual no asegura el reemplazo de la especie.

Distinción de la especie renovable dentro de la comunidad que ocupa

Se debe hacer también una distinción entre una especie renovable y las comunidades o paisajes que ocupan. Aunque lleva aproximadamente 100 años reemplazar un árbol de conífera maduro, se puede conseguir una producción indefinida para madera de muchos bosques de estas especies, si el nivel anual mantiene un rendimiento sostenido. Pero cuando se tienen en cuenta las relaciones mutuas entre factores como tierra, planta y vida animal, un bosque natural que no se ha perturbado previamente por las personas, estaría más cerca de renovarse en su totalidad que la especie individual dentro de él.

En otras palabras, aunque los procedimientos empleados en la obtención de madera aseguraría un rendimiento sostenido, pueden, no obstante, interferirse otras formas de vida en la comunidad del bosque, en que una especie no tolerante a esa perturbación desaparecería. Por eso, sería extremadamente difícil conseguir una comunidad nueva que se pareciera al original bosque primitivo, si el área es perturbada periódicamente por la tala de la madera.

bosques de coníferas
Muchos bosques de coníferas, a pesar de ciclos cronológicos más o menos largos, pueden producir indefinidamente si se mantiene un rendimiento sostenido.

Las citadas consideraciones, entre otras, engendraron la necesidad de proteger parques nacionales, áreas del desierto y reservas para investigación. Desde un punto de vista absolutamente objetivo un desierto es un recurso no renovable; si se rompe seriamente la sucesión por medio de la actividad humana, podría requerir muchos cientos de años para conseguir una recuperación completa.

No es posible estudiar los recursos vivos sin considerarlos en el medio que ocupan. Los recursos vivos (bióticos) y los componentes no vivos (abióticos) actúan combinada y recíprocamente; al conjunto de ambos se les denomina ecosistemas. Es imposible separar un ecosistema en sus componentes vivientes y no vivientes, porque constituye un entero, un sistema dinámico en el que hay un flujo de energía de la luz del sol, gases de la atmósfera, y minerales y agua terrestre.

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